El artículo original fue publicado el 24 de mayo en el periódico colombiano El Tiempo.

Su autor, Kristian Herbolzheimer, es director del Programa Colombia y Filipinas en Conciliation Resources.

***

Este viernes terminaron las Mesas de Paz en Europa. A lo largo de seis intensos días una delegación de cinco miembros de la Comisión de Paz de la Cámara de Representantes ha visitado las ciudades de Londres, Bruselas, París y Barcelona. El objetivo principal ha sido invitar a la población colombiana en el exterior a dialogar y articular propuestas sobre el proceso de paz.

Legitimar la paz

En agosto del año pasado el Gobierno nacional y las Farc expresaron en el acuerdo general para la terminación del conflicto que “la construcción de paz es un asunto de la sociedad en su conjunto que requiere de la participación de todos, sin distinción”.

Efectivamente, la participación ciudadana es una condición imprescindible para cubrir de legitimidad las deliberaciones y las decisiones que se toman en una mesa de negociación. Al fin y al cabo, las negociaciones de paz son casi por definición elitistas, machistas y antidemocráticas, porque reúnen a un grupo reducido de personas, mayoritariamente varones, para tomar decisiones que afectan al conjunto de la sociedad.

La experiencia demuestra que sin un amplio sentimiento de apropiación y compromiso por parte de todos los actores sociales, económicos y políticos, los acuerdos de paz no se pueden implementar.

Por eso la invitación del Gobierno y las Farc a la participación es tan importante.

Mecanismos de participación

Al mismo tiempo no deja de ser un gran reto llevar a la práctica esta invitación a la participación. Las partes han propuesto varios mecanismos, de los que destacan los Foros Temáticos, organizados por la Universidad Nacional y Naciones Unidas, y la posibilidad de que toda persona, en todo momento, envíe propuestas directamente a la Habana (vía internet o vía correo postal).

Estas dos opciones son importantes pero insuficientes. Por eso ha tenido tan buena acogida la iniciativa de las Comisiones de Paz de Cámara y Senado de realizar Mesas Regionales a lo largo y ancho del país. Una primera ronda tuvo lugar en el mes de noviembre; y en este mes de mayo ha iniciado una segunda tanda, con un enfoque sobre el eje temático de víctimas.

Inspiradas en las Mesas Regionales, el pasado mes de enero varias ONG europeas propusieron al Congreso realizar diálogos parecidos en Europa.

La ciudadanía colombiana en el exterior se ha sentido históricamente marginada del debate político en Colombia y es importante que los millones de colombianos emigrantes – mucho de ellos exiliados- sientan que el país los tiene en cuenta en la construcción de un futuro incluyente.

Nació así la idea de las Mesas Europeas de Paz, que ahora se han hecho realidad. Una iniciativa que en sí misma es un indicador del ambiente de paz que van propiciando las negociaciones en la Habana. Hace sólo un año un evento de estas características habría sido impensable, debido a la polarización y la desconfianza política entre actores sociales e institucionales.

Ahora, convocadas por un objetivo común, el Congreso y la sociedad civil, con el apoyo metodológico de Naciones Unidas, han logrado propiciar espacios de diálogo en cuatro ciudades europeas. Todo ello informando a los países garantes, Cuba y Noruega, y en colaboración con las cancillerías del Reino Unido y España, las instituciones de la Unión Europea, y las embajadas y consulados de Colombia en Londres, Bruselas, París y Barcelona.

La financiación de toda la iniciativa corría a cargo íntegramente de las organizaciones convocantes.

Participación abierta y plural

A las Mesas Europeas fueron convocadas toda persona colombiana residente en Europa preocupada y comprometida por el futuro de su país, independientemente de su ideología, y de su simpatía, escepticismo o crítica con las negociaciones de paz.

Algunas organizaciones aportaron propuestas que habían elaborado previamente, convocando a debates en varias ciudades con semanas de antelación a las Mesas Europeas. Destacaron las organizaciones de personas exiliadas, y las propuestas de la comunidad emigrante en sentido más amplio.

Pero la mayoría de las propuestas fueron el fruto del diálogo directo en las Mesas, donde coincidieron personas sin ningún vínculo previo, representativas de la diversidad de imaginarios y perspectivas políticas del país.

Valoraciones positivas

En total se presentaron unas doscientas propuestas, la inmensa mayoría aprobadas por consenso. Casi todas se refieren a los seis puntos de la agenda de negociación en La Habana. Una vez compiladas, las organizaciones convocantes en Europa harán llegar todas las relatorías e informes a las Comisiones de Paz del Congreso y a Naciones Unidas, para que las entreguen al Gobierno y las Farc vía los países garantes, Noruega y Cuba. 

Se presentaron también propuestas sobre otros aspectos de paz que no se discuten en Cuba. Este segundo bloque se anunciará a la opinión pública directamente por las organizaciones convocantes.

Sin embargo lo más importante tal vez no fueran las propuestas en sí, sino la posibilidad de escuchar y respetar a personas con opiniones diferentes y divergentes; de entender que la paz no es sólo un documento firmado por actores armados, sino una práctica cotidiana de reconciliación del conjunto de la sociedad.

La sensación predominante al final de los eventos fue de esperanza: 'estamos empezando a imaginar otra Colombia', comentó una de las participantes.

“Lo importante es el ejemplo que estamos dando al Gobierno, a la guerrilla y al país: que sí podemos ponernos de acuerdo”, resaltaba otra persona; “quedo con un sentimiento de orgullo por haber participado”, dijo una tercera voz.

Continuidad

Concluyen así las primeras mesas internacionales por la paz en Colombia. Un ejercicio innovador, incluso en relación a otros procesos de paz en el mundo. Ya hay peticiones para realizar foros parecidos en otros países con amplia presencia colombiana, tanto en Europa como en las Américas.

Muchas personas se comprometieron con darle continuidad a estos ‘diálogos entre diferentes’ y enviar propuestas a través de la web habilitada por el Gobierno nacional y las Farc (www.mesadeconversaciones.com.co).

Los partidos políticos quedan con tareas. Los representantes Joaquín Camelo (liberal), Juan Carlos Martínez (U), Gloria Stella Díaz (Mira), Hernando Hernández (Polo) y Mercedes Rincón (Cambio Radical) mostraron un compromiso sin fisuras con la terminación pacífica del conflicto. Lo mismo habían expresado el senador Luis Eduardo Sierra (conservador) y el representante Carlos Amaya (Verde), que a última hora no pudieron viajar. Sin embargo, ese compromiso debe transcender lo personal para involucrar a los partidos en su conjunto.

La sociedad les reclama claridad, compromiso y liderazgo en la construcción de paz.